viernes, 13 de marzo de 2009

Entrevista a José Sierra en La Nueva España.

JOSÉ SIERRA Portavoz de Izquierda Unida en Grado, abandona la política
Grado, Lorena VALDÉS
José Sierra (Grado, 1945) deja la política activa tras tres décadas de dedicación para, dice, disfrutar al máximo de su vida personal. Asegura que se va sin nostalgia y muy orgulloso de su trabajo: «He estado 23 años como alcalde de Grado y he gobernado sin necesidad de renunciar a mis ideas».
-¿Se trata de un adiós definitivo o deja una puerta abierta para un posible regreso?
-A partir de ahora seré un militante de base sin ánimo de intervenir. Dejo la política para disfrutar de mi jubilación y estoy seguro de que en mi partido todo los miembros asumirán las responsabilidades que les toque.
-¿Ya tiene sustituto?
-No. Ahora se tiene que reunir la asamblea y buscar a la persona más oportuna para que asuma el acta de concejal. En IU no hay fisuras, el partido está más unido que nunca.
-¿No tiene que ser fácil ocupar el hueco que deja un político con su experiencia?
-Nadie es imprescindible. Yo tenía muy claro que éste era mi último mandato; en ningún momento barajé la posibilidad de presentarme a la Alcaldía en las próximas elecciones municipales.
-En Grado ha tenido gran tirón, incluso entre personas de distinta ideología. ¿Siente que deja huérfano a IU?
-Es cierto que de alguna forma Izquierda Unida estaba representado en mi persona. Somos un partido minoritario y en Grado hemos conseguido siempre unos resultados espectaculares. Un 12% de nuestros votos eran de simpatizantes de IU y el resto se lograban gracias a mi tirón y al de mis compañeros de candidatura. La sociedad siempre tiende a personalizar.
-¿Qué futuro le augura a Izquierda Unida en las elecciones municipales de 2011?
-Muy bueno. Hay que tener en cuenta que el proyecto de Izquierda Unida es el único que existe en Grado. Con una apuesta fuerte por los servicios públicos. Durante nuestros mandatos se lograron para Grado importantes espacios verdes, infraestructuras sociales y deportivas... Grado creció de forma ordenada gracias a un desarrollo armónico que tuvo sobre todo en cuenta las necesidades de los ciudadanos. Los votantes saben que no somos oportunistas y no damos bandazos en nuestra forma de gobernar. Nunca nos hemos aprovechado de nada y hemos sido el partido que ha dado la vuelta a Grado.
-El gobierno actual (PP y Aigras) le desea buena suerte en su nueva etapa. ¿Cree que su política convence a los ciudadanos?
-Este gobierno me recuerda mucho al cuento del rey desnudo, donde hay un personaje que interpreta al monarca y donde hasta un niño puede darse cuenta de las carencias que tratan de ocultar a base de pompa y boato. En dos años han perdido mucha credibilidad, incluso entre sus votantes.
-Sus críticas y cruces de acusaciones eran constantes en los plenos municipales.
-Ya eran muy aburridos. No estaba permitido el debate. Al gobierno actual sólo le interesa la votación y no explica nada.
-Tiene fama de ser un político duro y cabezón.
-No lo soy. Eso sí, defiendo mi postura hasta el final y soy una persona muy constante y tenaz. Tengo una forma propia de hacer las cosas. Si no fuera por esta tenacidad, el 40% de las obras de Grado no se habrían hecho. Nunca he sido un populista, pero puedo presumir de no haber engañado a la gente, a veces decir la verdad cuesta votos. No creo que haya sido distante, como algunos creen, sino quizás demasiado serio.
-¿Cuál es el recuerdo más dulce que se lleva de la política?
-El primer mandato. Fueron los años más intensos y en los que los políticos mostraban una gran valentía. Había una gran camaradería y formábamos una piña en momentos como el golpe de estado del 23-F. Nuestra victoria fue un bálsamo, sobre todo para zonas rurales muy castigadas por la Guerra Civil española.

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